miércoles, 30 de enero de 2013

Israel impone un control de natalidad a los judíos etíopes

Por primera vez, Israel admite que ha estado administrando anticonceptivos injectables para el control de la natalidad de los judíos etíopes sin el conocimiento ni el consentimiento de sus mujeres.


Después de haber estado años negando la mayor de los referidos hechos, finalmente el gobierno israelita ha acabado por admitir que la esterilización de la emigración etíope era, de facto, una práctica corriente.

Las sospechas, ahora confirmadas, fueron destapadas por la periodista Gal Gabbay, hace unos seis meses. Babbay entrevistó a 35 mujeres venidas de Etiopía en un reportaje de televisión.

De acuerdo con el periódico “The Independent”, que cita un reportaje publicado el pasado sábado por el diario israelista “Haaretz”, la droga en cuestión es el denominado Depo-Provera, anticonceptivo hormonal de larga duración, considerado muy eficaz, que se injecta cada tres meses.

El Ministerio de Salud manda suspender dicha práctica.


El Director General de Salud israelita, Rom Gamzu, ha ordenado que se deje de administrar dicho fármaco a las mujeres falashas, judías que vivían en Etiopía y que fueron llevadas a Israel en el marco de la operación Dove’s wing (alas de paloma)

En una carta enviada por el ministerio de salud a los centros de salud que administran el fármaco, a los que el periódico israelita tuvo acceso, Gamzu orientaba a los médicos a “no renovar las recetas de Depo-Provera a las mujeres de orígen etíope,si, por alguna razón, tuviesen indicios de que aquellas no comprenden la naturaleza del tratamiento”.

La decisión se tomó a raíz de una demanda interpuesta por la abogada Sharona Eliahu-Chai, de la Asociación de Derechos Civiles de Israel, en representación de las mujeres y grupos de inmigrantes etíopes. Esa ONG defiende la apertura de una investigación sobre la administración de drogas anticonceptivas sin el conocimiento debido -por parte de las mujeres, en cuestión- de los efectos que implica.

Según Eliahu-Chai, el caso es “extremadamente preocupante y suscita preguntas sobre el peligro de políticas de salud que implican connotaciones racistas y que violan la ética médica.

El Gobierno de Israel va a ser acusado de “esterilizaciones forzosas” y puede tener que responder por suponer dichas prácticas una violación de las convenciones suscritas en el seno de las Naciones Unidas.

Judíos falashas en Gomdar, Etiopía reciben  una carta con la fecha acordada para su traslado a Israel.


La Tasa de natalidad de los judíos etíopes ha sufrido un descenso drástico.


El objetivo inicial de “Haaretz” al entrevistar a 35 mujeres falashas en un reportaje para la televisión, era determinar porqué la tasa de natalidad de esas comunidades de inmigrantes habían sufrido un descenso tan agudo.

La tasa de natalidad de la población de la comunidad de inmigrantes de Etiopía cayó cerca del 20% en 10 años. Según el informe, las mujeres recibieron la inyección con la droga Depo-provera en los talleres de planificación familiar de los campamentos de tránsito, una práctica que continuó una vez que llegaron a Israel. Las mujeres entrevistadas por la investigación afirmaron que “en los campamentos de tránsito les habían dicho que tener muchos hijos les iba a hacer la vida más difícil en Etiopía y en Israel, e incluso que se les denegaría la posibilidad de ir a Israel” si se negaban.

Gabbay afirma que al menos el 40% de las mujeres etíopes han recibido Depo-Provera.

De acuerdo con el reportaje, algunas mujeres fueron forzadas o coaccionadas para recibir inyecciones en campos de refugiados para judíos etíopes.

“Nos decían (los del equipo médico) que eran vacunas. Nos aplicaban esa medicación cada tres meses a pesar de nuestra oposición”, afirma una de las entrevistadas.

Desde la década de los 80, casi mil etíopes han sido trasladados a Israel al abrigo de la ley de retorno, desde que fueron reconocidos como auténticos judíos. Su judaísmo, sin embargo, ha sido cuestionado por algunos rabinos.

En 2012 el gobierno israelita inició la operación Dove’s wing, destinada a llevar a Israel a los últimos 2200 falashas que aún viven en Etiopía. Por otro lado, el primer ministro Benjamin Netanyahu afirmó que la entrada de inmigrantes ilegales procedentes de países africanos “altera la configuración de la población y roba puestos de trabajo a los israelitas”.

“Tenemos que impedir la inmigración ilegal para proteger nuestro futuro”, concluyó Netanyahu en una conferencia en la ciudad de Eilat, al sur de Israel, después de visitar el muro que el ejército israelí está levantando en la frontera egipcia.

La cerca, de alambre de espino, va a ser levantada entre Israel y Egipto, para evitar la entrada de inmigrantes y mercancías ilegales procedentes del continente africano. Tendrá 5 metros de altura y una extensión de 230 kilómetros. Su conclusión, está prevista para dentro de dos meses.

Fuentes: 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Hay alguien ahí?