viernes, 28 de septiembre de 2012

el ventano: El odio de tus ojos







"Nunca había publicado nada sobre mí en las casi ocho mil entradas que he colgado en los seis años de vida de este blog. Pero unos ojos cargados de odio me han hecho romper esa norma, al menos por una vez.



Los vi en la madrugada de ayer en Mercazaragoza, a un palmo de mis narices, cuando tomaba imágenes de la carga policial a los huelguistas que dificultaban el paso de un camión.



Un antidisturbios me arreó un porrazo en la pierna. "Estoy grabando", le grité sorprendido, creyendo que no había visto la cámara de fotos en mi pecho y la vídeocámara en mis manos. Y entonces los vi. Me miró unas décimas de segundo y vi todo el odio del mundo acumulado en sus ojos mientras me gritaba "¡Fuera"! y se preparaba para otro latigazo.



No recuerdo tu rostro, pero tendrías poco más de 30 años. No me queda nada de rencor, simplemente una tristeza amarga que se me ha pegado al alma junto a tu mirada.



Porque ¿cómo puedes pegar con esa violencia a un tipo que puede ser tu padre, con canas y gafitas de miope? ¿Cómo puedes pegar con esa rabia a un tipo delgaducho y enclenque que lo podrías tumbar con uno de tus dedos enguantados? ¿Un tipo que no lleva más armas que unas cámaras colgadas del cuello?



¿Siempre has sido así o eres fruto de lo que os meten en la cabeza en esos siniestros cuarteles? Si haces estas barbaridades en un régimen 'democrático', ¿qué serías capaz de hacer en una dictadura?



Y estas cosas ¿se las cuentas a tu hijo, a tu pareja, a tu madre, a tu hermano? ¿Las cuentas en la mesa mientras estáis comiendo o se las narras por la noche a tu hijita mientras se duerme? ¿Les describes entre risotadas cómo atizas a quien te da la gana?



Como tantos otros de mi edad, tuve a los 'grises' muy cerca muchas veces, incluso pasé alguna noche en los calabozos. Pero nunca había visto unos ojos con tanto odio como los tuyos. Me das pena, porque eres un desgraciado. Y a pesar de todo, seguiré tomando imágenes para que a ti tampoco te roben la vida. Aunque me llenes el cuerpo de moratones" 
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