Juan Torres López
La incoherencia y superficialidad de quienes gobiernan España alcanza a veces niveles que darían risa si no fuera por el daño que hacen. Uno de los que llega a menudo más lejos es el ministro de Educación (¡precisamente el de Educación!). Un ejemplo de su poca vergüenza: en una entrevista en el diario La Gaceta le preguntaban el pasado 27 de agosto por la propuesta de Rubalcaba de gravar los premios de Lotería para evitar la subida del IVA en el material escolar y la cultura y respondía: “hay ideas que ni regaladas. Sin afán de polemizar, el argumento es de una puerilidad insostenible”.
Un mes después, el gobierno del que forma parte aprueba ese gravamen y se queda tan tranquilo, le da lo mismo ocho que ochenta.
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